De pie frente a todos, no hay nadie, Pero que importa, si en las afueras igual hay quien me puede escuchar, Cerrare los ojos, diré unas palabras y me pondré a tocar, En mi mete solo hay emoción, por tan lindo sonido salido de este instrumento, Tan relajante, no puedo parar, es algo demasiado hermoso, Creo que estoy en un bosque en la noche, Ningún ruido se escucha, más que el de mi música saliendo de mí, Los pájaros hacen mi coro, que bello cantan, Los lobos aúllan al son de mis cuerdas, Creo que descansare, Al abrir mis ojos, una sorpresa maravillosa, Gente en silencio a llenado el teatro, Escuchando mi música, que elegancia, Lleno de una oscuridad sutil, Mi alma se levanta y mis fuerzas salen para seguir tocando, A veces, esto me imagino al escucharlos, Será que mi mente es un bosque de noche, Donde solo reina la paz, Que ciertos eventos, hacen que se alborote, Pero la música llega a mis oídos y nace una gran escénica en mi interior, Como que el lobo dormido ha sido despertado, Para decirle a todos quien soy en este universo, Pero no me importa nada más que mi ser, con todo lo que soy, Mi debilidad es un mero accidente en mi vida, Que no lo pienso decir, porque mis enemigos podrían descubrirlo, Pero lo que conocen mi escencia, Saben lo que me sucede en ciertos momentos de mi atormentada vida, El estar aquí, escribiendo, con la incertidumbre si alguien entrara en este universo, Es algo que ya no me quita el sueño, Solo, como dijo una sabía escribo para mí, Aunque si entran, bien recibidos serán siempre, Este es mi mundo y así soy.
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